A partir de los diferentes conocimientos adquiridos en la material de lenguaje audiovisual, se puede asegurar que es el cine la gran unidad del arte, teniendo para este exclusivamente todas las ramas artísticas de representación existentes: la escritura, el sonido, el color, el montaje, la actuación, la poesía, el encuadre, la arquitectura, la imagen, la fotografía, entre otras.
En este apartado nos detendremos para analizar un fragmento de lo que respecta en cuanto al montaje, específicamente de la unidad en la imagen.
Se tiene en cuenta antes que nada que el color y el sonido no son enriquecimientos marginales de los medios de hacer cine, sino elementos inalienables de la totalidad de la forma artística audiovisual. Sin dejan de lado el reconocimiento que a estos dos elementos se les debe dar con afirmar que cada uno de ellos son otra forma de arte.
El color y el sonido enriquecen a la imagen trasmitida, y si se saben manejar, reforzaran en el espectador la atención necesaria para que no se convierta un filme cinematográfico en algo superfluo y comercial.
Tal y como lo afirma S.M. Eisenstein en su capitulo de UNIDAD EN LA IMAGEN: “si queremos un espectáculo audiovisual en una forma artística establecida, capaz de distribuirse en innumerables copias a todos los rincones del globo, es decir, un espectáculo audiovisual que no solo represente a las masas (y no solo a escala nacional, sino también internacional) en distribución y consumo, entonces es en verdad el cine sonoro el que esta sin duda destinado a convertirse en ese medio y a seguir siéndolo durante muchos años”.
Por otra parte y trayendo un poco a colación el anterior documento del montaje, en el que se hablo de trayectoria y yuxtaposición, vale la pena hacer una fusión de ambos para afirmar que la visión binocular es un montaje de dos planos tomados de un único objeto, es decir, un mismo objeto tomado desde dos puntos de vista. Eso nos proporciona relieve de tipo directo, no metafórico, inmediato. Sin embargo si existiese una gran divergencia entre esos dos puntos de vista se produce un cambio en la percepción de la imagen resultante, que pierde así su relieve físico inmediato en favor de un efecto de relieve que es metafórico.
Un aumento del número de puntos de vista dará una impresión total del relieve del objeto porque ninguna imagen es independiente del contexto en que se construye.
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